Salsa y Control
Estaba decidida a llegar al Día Nacional de la Salsa sea de la manera que sea. En esas ocho horas me pude reenganchar en la movida salsera. Aunque el precio del boleto se trepó de 10 a 27 pesos, aunque mi compinche amenazó con rajarse y aunque el calor estaba del carajo, llegamos. Todo en ese día caía en su sitio. Primero conseguí estacionamiento bien rápido. Segundo "un ángel" nos facilitó un truco para poder colar a mi amiga. Saqué babilla, me la jugué fría pero la colé. Al entrar, corrí al baño porque me había dado un par de birras antes de llegar. A lo lejos se oía a N´Klave. Ni me inmuté. Al entrar al estadio, era impresionante la cantidad de cuerpos hipnotizados por la clave. Una cornucopia de olores te asaltaba: sudores, fritura, cerveza, crema de sol, cigarrillo y marihuana. Lo chévere del día es que hay mucha camadería entre extraños porque en realidad la timba y el bongó tienen el efecto de hermanar a todos los presentes. Sin pensarlo dos veces, se presta la crema de sol a cambio de un espacio bajo la sombrilla o se comparten las Ritz o el limoncillo o el gallo. Mi amiga y yo caímos rendidas ante la Salsa y Control de los Lebron bros para después conmovernos hasta la médula con la guapachosa "Regresa a mí". ¡Que Don Omar ni ocho cuartos! Si se hace el llorao hay que hacerlo bien como los hermanos Lebron. Antes del tributo a Tito Rodríguez, al gobe le dio por tratar de robar cámara para acumular puntos. Le salió mal la movida. La verdad que la mayoría de nosotros ESTAMOS HARTOS del populismo trililí de Aníbal. Al día nacional se va a BAILAR y lo MENOS que la gente quiere oír son discursos de campaña. Gilbertito la puso en la china con Mamaguela y Ave maría morena. Yo me curé bailando. Después de bajarme los vodka con china que colé, me di la Red Bull para poder bailarme el "ponte duro" con el "cocinando suave" de Ray Barreto. ¡No, me iba a quedar sentá! Otra nota discordante fue la participación de Domingo, la cual no estuvo a la altura de otras ocasiones. La noche cerró con broche de oro janguendo en Piñones repasando los mejores momentos. Ese es el poder de la salsa: es un conjuro que te despoja todas las penas. Por eso, esta mañana me levanté como nueva.
2 Comments:
Esooooo, perrraaaa. Ahora, no me le tires a Don Omar porque me pongo crispy. Nada como Dale don, dale, algo que Gilbertito ni sueña. ¿Abuchearon al gobe?
¡Muchacho! retumbó por todo el estadio. Él trató de sonreír pero lo sacaron rapidito, rapidito. A mí me sorprendió al principio, pero no los culpo. Al día de hoy siguen hablando del abucheo y la junta del gobierno del partido se están halando los pocos pelos que le quedan.
Post a Comment
<< Home