Notas sobre el clásico de beisbol

Acabo de regresar de otra velada deportiva pero esta vez con toda mi familia (lo cual incluye a mi mamá y hermano). La primera impresión que tuve al llegar es a un lado, Rubén gritando esgalillao por el fin de la colonia a un grupo reducido de seguidores. Al otro lado de la entrada, un grupo aún mas reducido de fanáticos de la pecosa mostrando su apoyo a Bush y exhortando a los jugadores del equipo cubano a desertar. ¿Y la mayoría de la gente?, interesada sólo en el juego, lo cual es una muestra clara de los reducidos extremos y la mayoría en el centro. La Compañía de Turismo ha tirado la casa por la ventana en promoción. Mientras se iniciaba el juego con una comparsa al son de la plena patriótica de Andy Montañez, el slogan de la Compañía es "Puerto Rico: explore beyond the shore". Excuse me??

El juego estuvo tedioso hasta la quinta entrada cuando los boricuas al fin anotaron con un cuadrangular y otro hit, rebasando dos carreras a una a Panamá. El beisbol puede ser como una montaña rusa, se siente lento a la subida, pero en un momento coge una intensidad impresionante. Una vez Alexis Ortiz anotó el cuadrangular, el ánimo algo alicaído del público se transormó en una avasalladora euforia. Como en la pelea del sábado estaba lleno, aunque las entradas no son tan costosas como las de la pelea. Es claro que los boricuas tienen hambre de beisbol, pero del de las Grandes Ligas y sólo llenarán los parques si las superestrellas vienen a jugar. Me pregunto cómo les irá ante Cuba el viernes.