Hasta siempre Pandora

Quiero rendirle un humilde homenaje a una de las mejores profesoras que he tenido en mi paso por la iupi: Ilsa Echegaray, quien se encargaba de los cursos de Psicología Fisiológica tanto a nivel de Bachillerato como graduado. Conocí a Ilsa en el 1995 y en esa época trabajaba de mesera en un restaurante de "casual dinning" cuyo nombre no me quiero acordar en los turnos nocturnos. Al principio del semestre, me quedaba dormida en las clases. Contrario a otros profesores , su actitud no fue una regañona o condescendiente, sino de genuina preocupación maternal. A su vez aprovechaba esto como instrucción de los efectos nocivos de la falta de sueño en el cerebro. Me decía "Chica ningún dinero del mundo te reparará ese sueño que perdiste, además tendrás tiempo de más para trabajar". Además aprendí cómo la privación de sueño se podía utilizar como táctica de tortura en Alejandrina Torres, la cual fue explicada en aquel libro extraordinario que hizo el Departamento de Psicología ante las flagrantes violaciones de derechos humanos que ésta sufrió. Con Ilsa aprendí también que el rigor científico no tiene que estar reñido con la sensibilidad artística ni con el compromiso social. Otra de las muchas contribuciones fue iniciar el inventario de telarquia(desarrollo de la pubertad en niñas menores de 8 años), condición de salud la cual Puerto Rico es la PRIMERA en el mundo. Además del texto de Psicofisiología, Ilsa utilizaba "Papeles de Pandora" de Rosario Ferré para exponer la imposibilidad de fraccionar mente y cuerpo como instancias que pueden funcionar por separado. Así como la muñeca Coppelia no puede bailar sin un cerebro que la guíe, es igualmente imposible la existencia de una cabeza sola flotando sin cuerpo. Esta metáfora de la bailarina no fue escogida por casualidad, sino que está ligada a su práctica de ballet tanto con el Ballet de San Juan, como con el de Londres, donde terminó su doctorado. Pocas profesoras han mostrado tanta pasión y dedicación por lo que hacen además de ofrecer un apoyo tan desinteresado a sus estudiantes como ella. Puedo decir con profunda gratitud que puedo dar fe de su apoyo en mi largo camino estudiantil. Si algo recuerdo cuando la conocí es "Cuando sea grande quiero ser como ella". Fue mi primer artículo de investigación con ella, la semilla para la disertación que escribo hoy.

Aunque te despediste de este plano físico de forma tan repentina, tu legado siempre vivirá y danzará entre todos y todas los que tuvimos el honor de conocerla. Espero continuar conversando con Pandora.

imagen: Coppelia de balletcuba.com