Munich o la apología de una venganza

Munich es la última entrega de Steven Spielberg sobre la respuesta del gobierno israelí después del asesinato de sus atletas en las Olimpiadas de 1972 en dicha ciudad alemana. En el inicio después del violento secuestro y asesinato de los atletas, se puede ver a una maternal e implacable Golda Meier pidiendo venganza por la sangre derramada. Especialmente cuando dice, "Si no pueden compartir el espacio con nostros, ¿Por qué lo tenemos que compartir con ellos?". La responsabilidad cae sobre Avner (Eric Bana), un agente de la Mossad israelí, quien sería el líder del operativo. Si hubo algo que me gustó de la película es el intento de mostrar la humildad como cualidad esencial en el líder. Se ve cuando Golda le sirve café a Avner y cuando éste cocina para los miembros de su equipo. Avner trata de ser justo y decidido pero se da cuenta en el camino que no hay tal cosa como una venganza limpia sin daños a terceros. Para obtener su información para lograr su misión tiene que confiar en un doble agente francés que lo expone a ser asesinado. El leal guerrero del inicio de la película se convierte en un saco de culpas y paranoias al final. Es claro que el ciclo de venganza y violencia no tiene fin en su última toma, cuando vemos las Torres que serían derribadas 15 años después.


El punto de vista del film es claramente israelí. Sin embargo, Spielberg deja un espacio saludable para interrogar si la venganza es la justa acción ante la barbarie de las Olimpiadas. Ésto le ha ganado críticas por ser muy "compasiva con los palestinos". Su manejo de la cámara las luces y los colores es excepcional en las escenas claves como el primer asesinato de Avner y su equipo.

Contario a la expansiva y superlativa "War of the worlds", Munich es sobria, intensa y muy reflexiva promoviendo una apertura a otros puntos de vista. Las escenas entre Avner y su mujer son algo cursis (Spielberg siempre cae allí en algún momento) pero no desmerecen su sólida narración. Los personajes femeninos (Golda, la esposa de Avner, su madre y la agente francesa)en Munich son menores pero se distinguen por ser mujeres fuertes y valientes.

Otro tema pertinente en Munich es la necesidad del humano de tener un lugar en el mundo y de lo que es capaz de hacer para obtenerlo y conservarlo.